Paz y familia
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Prefacio
La familia es el cuerpo cristalino más importante de la sociedad, el núcleo del estado-nación y la base de cultivo de la dignidad e influencia personal.
La misión de la familia como conjunto es comunicar la verdad rigurosa y estrictamente para lograr la disciplina espiritual y fomentar el sentimiento moral durante el período de formación de nuestra personalidad. Un hogar debe ser el seminario más riguroso para tales disciplinas y prácticas.
Esta es la fuente genuina del amor profundo y puro de una familia.
No debemos olvidar nunca, ni siquiera por un instante, el momento en el que vivimos ni las innumerables ventajas conferidas y adoptadas por la naturaleza, el cielo y la tierra. Es sin lugar a dudas el estado de un espíritu noble y moral del que debemos sentirnos orgullosos; y el único camino que nos permitirá lograr buena fortuna y alcanzar el verdadero camino del hombre.
No debemos olvidar nunca, ni siquiera por un instante, que los espíritus de nuestros antepasados y de nuestros padres, junto con sus corazones y almas, fluyen por nuestro cuerpo y nuestra mente. Es sin lugar a dudas el estado de un espíritu noble y moral del que debemos sentirnos orgullosos; y el único camino que nos permitirá lograr buena fortuna y alcanzar el verdadero camino del hombre.
No debemos olvidar nunca, ni siquiera por un instante, el hecho de que nuestros antepasados y nuestros padres nunca se separan de nosotros y siempre rezan incansablemente por nuestra gloria, felicidad y prosperidad. Es sin lugar a dudas el estado de un espíritu noble y moral del que debemos sentirnos orgullosos; y el único camino que nos permitirá lograr buena fortuna y alcanzar el verdadero camino del hombre.
Lo más importante, por encima de todo, es la actitud sincera de un espíritu agradecido por la infinita guía y piedad del cielo, la tierra y los antepasados. Es tan importante como decidir el destino de nuestro espíritu innato.
No debemos ignorar nuestro espíritu innato. No debemos entristecer al espíritu innato.
Es la principal premisa para amar profundamente nuestro espíritu innato.
De hecho, este espíritu puro y sincero es el camino para ser correctamente guiados por la sublimidad del cielo, la tierra y los antepasados.
Es la persona que puede amar su espíritu innato infinita, pura y profundamente, la que del mismo modo podrá amar a los demás infinita, pura y profundamente.
Debemos tener en cuenta, y con un espíritu correcto, el hecho de que un principio es la providencia sublima, más alta y noble y la sentencia divina.